A través de sus sentencias el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) ha fortalecido la independencia
presupuestaria de las instituciones electorales, afirmó Reyes Rodríguez
Mondragón, magistrado de la Sala Superior
Indicó que en la medida en que las
autoridades electorales actúan de manera imparcial, la calidad de las elecciones
se beneficia notoriamente.
"Los tribunales debemos adoptar una postura no
tradicional sino activa, que dote de significado y efectividad la integridad de
las elecciones", afirmó en su participación en la Mesa Especial III
?Recientes avances para mitigar las malas prácticas electorales: Desafíos y
conceptuales y metodológicos?, en el marco del V Congreso Internacional de
Ciencia Política. Riesgos de la Democracia: Desigualdad, Discriminación y
Corrupción.
El magistrado afirmó que a través de sus sentencias el busca
fortalecer a las instituciones al tutelar su independencia presupuestaria y
operativa, porque en la medida en que las autoridades electorales actúan de
manera imparcial, la calidad de las elecciones se beneficia notoriamente, pues
incrementan la confianza en las instituciones públicas.
Añadió que de la misma
manera la Sala Superior ha buscado sentar los incentivos adecuados para que los
partidos políticos se enfrenten en condiciones de equidad y sean medios
efectivos para instrumentar el goce de los derechos político-electorales de los
ciudadanos.
?El TEPJF junto con los tribunales electorales estatales del
país nos enfrentamos al proceso electoral, el 2017-2018, más desafiante de la
historia política mexicana. En este contexto, los tribunales debemos adoptar
una postura no tradicional sino activa, que dote de significado y efectividad
la integridad de las elecciones?, sostuvo Rodríguez Mondragón.
Rodríguez Mondragón afirmó que las malas prácticas,
principalmente el fraude o manipulación electoral, demeritan la integridad de
una elección porque implican necesariamente una actitud intencionada en contra
de la integridad electoral, que produce desconfianza y reduce la legitimidad de
las elecciones y su resultado, así como de las autoridades que las administran.