El legislador mexicano dentro del último lustro ha incorporado dentro de la carta política nuevos mecanismos de participación ciudadana, los cuales permiten una democracia de alta intensidad, esto es, de complementariedad entre la democracia representativa y participativa; nos referimos a las consultas populares, las cuales son indispensables para el fortalecimiento y reconocimiento de la participación directa de la ciudadana en la vida democrática nacional.
Para que en México se alcance un sistema democrático abierto a la ciudadanía, se debe asegurar una adecuada representación de intereses de todos los sectores que conforman la sociedad, nos referimos a los portadores de la auténtica soberanía tal como lo señala el 39 constitucional, Norberto Bobbio consideró que el concepto de soberanía se reconfigura drásticamente en un régimen democrático representativo entendida como poder originario, principio, fuente, medida de cualquier otra forma de poder. Por ello, es en los regímenes auténticamente democráticos en donde se reconfigura el concepto de soberanía.
Pues es el pueblo quien cuenta con el inalienable derecho de participar en la toma de decisiones y de la forma de organización del poder; conviene señalar que el pueblo únicamente faculta a los representantes de los órganos del Estado para que materialicen su voluntad soberana y acaten el mandato imperativo de sus electores. Por ello, se debe de contar con instrumentos efectivos que garanticen una auténtica democracia participativa, la cual es un principio estructural e inescindible para el Estado mexicano.
La académica señala que es el pueblo quien cuenta con el inalienable derecho de participar en la toma de decisiones y de la forma de organización del poder.
Por lo tanto, el nuevo modelo de democracia participativa rediseña la organización estatal, esto es, intensificando los nexos de actuación y comunión entre el pueblo y los gobernantes, al menos, en dos vías, las cuales son sus principales características, la primera se refiere a la participación en la elección de sus representantes populares y el segundo tiene que ver con acrecentar la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones de carácter colectivo por medio del empleo de mecanismos de participación, traduciéndose en procedimientos previamente diseñados para canalizar la opinión o el debate de la soberanía popular.
Ante ello, vemos con preocupación y alarma la escasa participación ciudadana para presentar consultas en las elecciones de 2015 y de 1 de julio de 2018, ello se deriva de tres aspectos que hemos considerado:
A pesar de la incorporación de un nuevo modelo de democracia participativa en la constitución, la misma no ha tenido el efecto esperado, pues los ciudadanos no presentaron en las elecciones de 2015 ni en las próximas a celebrarse el 1 de julio de 2018 propuesta alguna, por ello, sostenemos la importancia de la reforma o eliminación de aquellos candados que han limitado y erosionado la participación ciudadana y puedan de manera libre expresar su opinión respecto de uno o varios temas de trascendencia nacional mediante la emisión del voto, lo cual es urgente si es que el gobierno en la elección de 2021 busca ganar confianza, reducir el distanciamiento de la ciudadanía y las instancias gubernamentales y ser un auténtico garante de los derechos y demandas sociales.
*MIREYA ARTEAGA DIRZO es Doctorante en Ciencias Políticas, Master en Gobernanza Global y Derechos Humanos, Maestra en Derecho, Especialista en Gobernabilidad, Derechos Humanos y Cultura de la Paz. Coautora del libro Monitor Democrático (2013, 2015, 2016, 2017 y 2018). Catedrática en Universidad Interamericana, Universidad Lasalle y Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Miembro fundador de la comunidad de investigadores del Programa Nacional de Investigadores en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción (PIRC) del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).