La ceremonia del primer Grito de Independencia, que encabezó
ayer por primera vez el presidente Andrés Manuel López Obrador, resultó sobria,
con toques festivos y con los 20 vivas prometidos.
En sus arengas, incluyó a los héroes históricos, pero
también a los anónimos y al pueblo de México, así como a la libertad, la
justicia, la democracia y la fraternidad universal.
Frente a un Zócalo lleno y tras un maratón de bailes y
música regional, el presidente apareció en el balcón central sobre las 11 de la
noche con traje negro, corbata guinda y la Banda Presidencial.
Caminó entre los salones de Palacio Nacional, acompañado
solamente de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.
Tras dar el grito, tañer la campana varias veces y ondear
la bandera, vino una larga exhibición de pirotecnia mientras una orquesta mixe
entonaba música mexicana. A cuatro balcones del principal, estuvieron los tres
hijos mayores del Mandatario, dos de ellos acompañados de sus parejas, y su
hijo menor Jesús Ernesto y en puntos aledaños miembros del Gabinete.
Después de 25 minutos de ceremonia, el Presidente se
despidió de la muchedumbre lanzando un abrazo simbólico; en la plancha del
Zócalo se desataron gritos de apoyo a AMLO como "No estás solo",
"Sí se pudo" y "Presidente".