Es un hecho que muy pronto el presidente Andrés Manuel
López Obrador tendrá que poner orden en la Secretaria de Salud, pues hay un
grupo interesado en desestabilizar la administración del doctor Jorge Alcocer
Varela, encabezado por los doctores Mauricio Hernández Ávila y Hugo López
Gatell.
Es un hecho incontrovertible que ambos galenos tienen gran
interés porque las cosas salgan mal en la Secretaría de Salud, pues mire usted:
hace un mes, el Dr. López Gatell desmintió en conferencia de pensa a su jefe
con el asunto del Tamiz Neonatal y ahora recientemente el Dr. Hernández Ávila igualmente
contradice a su ex jefe Córdova por las cifras de Influenza durante el 2009.
Nada más que en ambos casos ellos eran los
responsables del manejo de las cifras. ¿Casualidades o plan para tomar en el
corto plazo el control de la Secretaría?
Dentro de la institución de salud se comenta la maniobra
del Hernández Ávila y su incondicional, el subsecretario López Gatell, de
posicionarse ante la debilidad que perciben del Secretario Jorge Alcocer y su
Subsecretaria Asa Cristina Laurell. Uno de estos movimientos fue la
organización del foro sobre influenza en la Academia Mexicana de Cirugía.
Sin embargo, en dicho evento Hernández Ávila y quien
denunció que hace diez años la Influenza AH1N1 mató al menos a 8 mil
personas y no mil 289 como lo estableció el gobierno de Felipe Calderón
Hinojosa, fue refutado por el ex Secretario de Salud, José Ángel Córdova
Villalobos.
Durante el simposio Pandemia de Influenza AH1N1, 10
años después celebrado en el Auditorio de la Academia Mexicana de Cirugía en el
Centro Médico Nacional y al cual no acudió Mauricio Hernández Ávila, el
ex secretario de Salud estableció que el número de casos confirmados fue de 72
mil 548 y de muertes mil 316.
En cambio, Hernández Ávila asegura que los infectados
fueron 9.5 millones de mexicanos y los muertos 8 mil, pero se maquillaron las
cifras para evitar pánico generalizado.
Hernández asegura que un equipo de investigadores y
epidemiólogos encontró las nuevas cifras al rastrear actas de defunciones de la
época y expedientes, pero los expertos del simposio aseguran que estas cifras
consideran hasta los muertos por tos y resfriado. “Eso no es profesional y ético”,
indicaron.
El doctor José Ángel Córdova Villalobos indicó que el
control de la pandemia se hizo “despojados de todo tinte político”.
Así, esta por aclararse, se dijo en el simposio, como
se hizo Plan Nacional y su reserva estratégica, por qué permitió que los
doctores Kuri y Macías coordinaran el plan y a qué obedeció el cambio y
modificación en la reconstitución de medicamentos (Oseltamivir) Tamiflu.
Ahora que se toca el tema, Mauricio Hernández Ávila
deberá informar por qué no hay una base de datos confiable e incontrovertible,
cuántos tratamientos adicionales se compraron, a qué precios y quiénes fueron
las empresas favorecidas.
Mauricio Hernández Ávila, aseguró que no querían que
se cayera el turismo y él lo percibió pues fue el responsable de informar sobre
los casos atípicos de neumonía en San Luis Potosí, Distrito Federal, Veracruz y
Oaxaca, así como de los resultados de Microbiología hechos por científicos de
Canadá lo que derivó en la suspensión de clases (23 de abril de 2009).
Así las cosas, no es de extrañarse que el caso estallará en Palacio
Nacional y el presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá que dar un manotazo para exigir que Mauricio Hernández Ávila defienda su posición o decline de su cargo en aras de la
transparencia, lo mismo que López Gatell.