¿Por qué no funcionan los proyectos de seguridad en México?

MARTÍN BARRÓN CRUZ 2018-06-18 21:08:26 seguridad pública,seguridad nacional,guardia nacional,gendarmería,seguridad pública,seguridad nacional,guardia nacional,gendarmería,seguridad pública,seguridad nacional,guardia nacional,gendarmería

Es válido preguntar: ¿Por qué tengo que pensar y aceptar que la propuesta de la Guardia Nacional va a funcionar? Una respuesta al escepticismo, a grosso modo, se sustenta con los siguientes ejemplos, que todos vivieron o conocen: 

  1. En la administración de Ernesto Zedillo se creó el Sistema Nacional de Seguridad Pública y se fundó la Policía Federal Preventiva (PFP); 
  2. Durante la presidencia de Vicente Fox se creó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP);
  3. En el sexenio de Felipe Calderón, bajo el Nuevo Modelo Policial, se transformó la PFP en Policía Federal
  4. En la presente administración mutó la SSP a Comisión Nacional de Seguridad; y a la Policía Federal se le agrega la División de Gendarmería.

Los ejemplos son para refrescar la memoria, que puede ser corta o simplemente hay amnesia. Es decir, se pretende olvidar que durante los últimos veinte años cada administración gubernamental ha realizado un sinfín de transformaciones y cambios, plagados de avances y retrocesos. 


Entonces inquiramos ¿Por qué aparecen y se desechan proyectos sexenio tras sexenio? ¿Dónde están las evaluaciones de cada uno de los proyectos por los cuales se desechan los anteriores? ¿Dónde está la evaluación de resultados de los cambios efectuados? ¿Nada sirve y por eso hay que desecharlo? O simplemente, cada proyecto fue una moda del gobierno en turno. Por ende, se puede afirmar que no hay políticas transexenales en el tema de seguridad.

En todo ello lo que permanece incólume es el discurso político. El cual durante las últimas dos décadas sostiene que con los cambios se va a lograr disminuir la violencia o delincuencia; que con las nuevas modificaciones o adecuaciones se va a brindar seguridad, que el gobierno anterior fue incapaz de lograr. Se realizan transformaciones acompañadas de una gran inversión; se exaltan los éxitos y hay triunfalismo; pero, se encubren los fracasos y se minimizan las derrotas. Entonces ¿Por qué no se ha logrado disminuir la violencia y delincuencia, más allá de las estadísticas?

Por otra parte, los políticos autocomplacientes, no permiten la oposición o crítica –incluso pocos dentro de una institución se atreven abiertamente a disentir con los cambios, si lo hace es dado de baja o abruptamente renuncia– esto acerca al político ineludiblemente, al autoritarismo, a la imposición y a la represión: “se asume que el que no está conmigo está contra mí”. Visión bastante obtusa y estrecha. 

En definitiva el país, en estas dos décadas, ha transitado en un vaivén de proyectos, planes, programas e inversiones; los resultados son un mar de dudas. Si no sólo hay que responder ¿Por qué tantos cambios? Será que realmente nada funciona; que los proyectos están bien, pero que los ejecutores lo hicieron mal o a medias; que no se hizo caso a las propuestas e indicaciones de los nuevos gurús de la seguridad y que por ello nada se consolida. 

Con lo expuesto se puede sostener que la propuesta de crear la Guardia Nacional se sumará a la larga lista de mega proyectos que cada sexenio presenta e implementa; pero, que con el paso del tiempo se diluye y luego desaparece. Así, ¿aún debo creer que funcionará?



*Martín Barrón Cruz es Licenciado en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Maestro en Ciencias Penales con especialidad en Criminología por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE). Cuenta con estudios de Maestría en Historia y Etnohistoria en la ENAH y de Doctorado en Humanidades en la Universidad Autónoma Metropolitana. Ha impartido diversas conferencias, cursos, seminarios y talleres a nivel maestría, especialidad, licenciatura y diplomado en distintas universidades e instituciones de educación superior del país en el ámbito nacional y en el internacional. Actualmente se desempeña como Investigador Titular C en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE); así como Profesor Civil Titular en el Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea.