Este 3 de mayo, Día Mundial
de la Libertad de Prensa*, no es un día para celebrar en nuestras Américas. No
podemos celebrar cuando los periodistas Miguel Mora y Lucía Pineda siguen
presos en Nicaragua sin debido proceso. No podemos celebrar cuando los
regímenes autoritarios de Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel,
reprimen, censuran la libertad de prensa, la libertad de expresión y el derecho
de los ciudadanos a la libertad de reunión y a manifestarse de forma pacífica.
Mucho menos podemos olvidar
en este día, que en el último año, desde mayo de 2018, fueron asesinados 26
periodistas en México, Brasil, Colombia, Honduras y Estados Unidos, crímenes
perpetrados por funcionarios corruptos, bandas del crimen organizado y
delincuentes que han querido silenciar sus denuncias. Tampoco podemos tener
tranquilidad cuando en países como México el sistema de protección y seguridad
de periodistas ha fallado y es ineficiente. No podemos estar satisfechos cuando
la mayoría de los crímenes contra periodistas permanece en la impunidad total.
Nos preocupa que en casi
todos los países existen campañas de estigmatización, enarboladas por líderes
democráticos que buscan restar credibilidad a la prensa para gobernar con
mayores comodidades. Tal como viene ocurriendo en Brasil, El Salvador,
Guatemala, Honduras, México y Estados Unidos.
No podemos tener sosiego
cuando las libertades de prensa y de expresión están asediadas por discusiones
violentas que se dan en las redes sociales, así como por la polarización, por
la diseminación tendenciosa de información que busca torcer elecciones mediante
noticias falsas diseminadas por batallones de bots y cibermilitantes, acciones
que ya se han incorporado como mecanismos normales en procesos electorales.
No podemos celebrar cuando
la censura oficial irrespeta el derecho de los venezolanos a acceder a
información a través de cualquier medio y plataforma disponible y reprime las
manifestaciones ciudadanas. Tampoco cuando sabemos que el régimen en Nicaragua
ha allanado, clausurado y confiscado medios de comunicación y que por efecto
del acoso oficial más de 60 periodistas buscaron refugio en otros países.
No podemos tener serenidad
cuando aún existe la tendencia de perseguir a periodistas para que revelen sus
fuentes como en Canadá; se promueven proyectos de ley que afectarían el
ejercicio del periodismo en Chile, Colombia y Costa Rica; se aplica en forma
discriminada el derecho al olvido en Argentina, Chile y Costa Rica; se asfixia
económicamente a los medios como en Bolivia; se restringe el acceso del público
a la información gubernamental en casi todos los países o se criminaliza la
opinión como en Perú y en Venezuela.
Todo ello nos obliga a
redoblar nuestro compromiso para seguir luchando, máxime este año, en el que
cumplimos nuestro 75º aniversario como organización y estamos tan convencidos
como siempre que la libertad de prensa es la mejor aliada de la democracia.
Queremos seguir
contribuyendo en esta misión como lo hemos hecho en estos 75 años. Pronto
diremos presente en Nicaragua, Brasil y México para interceder ante sus
gobiernos y la sociedad civil a favor de los periodistas y la libertad de
expresión.
Trabajaremos a favor de
principios de libertad de prensa mediante un Índice de Chapultepec en alianza
con la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela para evaluar cómo las
decisiones legales y judiciales afectan el ejercicio de la libertad de prensa
en cada país del continente.
Iniciaremos una campaña de
educación sobre nuestra Declaración de Salta para orientar sobre los derechos y
también las responsabilidades que tenemos en el ámbito o entorno digital los
gobiernos, las plataformas digitales, los medios, los periodistas y los
ciudadanos.
Durante la conmemoración de
nuestro 75º aniversario en la próxima asamblea general de Miami a principios de
octubre, renovaremos con gran entusiasmo nuestra convicción de defender por 75
años más la libertad de prensa, columna vertebral de la democracia.
*El
Día Mundial de la Libertad de Prensa que se celebra el 3 de mayo, fue
instaurado en conmemoración de la Declaración de Windhoek, documento que
contiene principios sobre la defensa de la libertad de prensa, redactado en
1991 durante una reunión de periodistas africanos impulsada por la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).